Había una vez un oso llamado Casimiro. Era muy perezoso y le gustaba acostarse en el bosque mirando las estrellas bajo un gran ombú. Un día vio un panal de abejas lleno de miel y quiso ir a tomarlo sin pedir permiso a las abejas. De pronto vino una ardilla quien les pidió un poco de miel.
Casimiro intentó lo mismo y la abeja “Valeria” como era tan dulce le dió un poquito de la riquísima miel.
Moraleja: Casimiro aprendió que hay que pedir las cosas de buena fe.
FIN
Dedicado al Maxi el hijo de Yanet y a mi hermanita Gisel.
AUTOR: Franco Ramírez
AUTOR: Franco Ramírez